viernes, 9 de noviembre de 2007

ORGANIZACIÒN DE LAS MISIONES

LA ORGANIZACIÓN DE LAS MISIONES
Todos los pobladores trabajaban en las misiones ; el pueblo cultivaba una huerta familiar ( abambaé : cosas del hombre) y otra comunitaria ( tupambaé : cosas de Dios ) . Con las ganancias de esta sostenían a las mujeres solas y solventaban los gastos de la iglesia , la educación y otras expresiones de la cultura.
Los hombres hacían los trabajos rurales, de carpintería , herrería, arte y artesanías; eran maestros de oficios . Las mujeres cuidaban a los niños, cocinaban , hilaban y tenían a su cargo otras tareas domésticas . Ambos participaban en trabajos artísticos y religiosos, de significativa importancia en las reducciones.
La arquitectura, sobre todo de las iglesias, corresponde al barroco colonial o americano. El trazado urbano era similar en casi todas las reducciones : partía de un centro , que era la plaza , donde sobresalía la iglesia. Se complementa con la residencia de los padres , colegio y talleres hacia un lado mientras que el cotiguazú y el cementerio estaban del otro . Las viviendas y el cabildo a los laterales de la plaza y luego las tierras de cultivo.
Nuestra localidad se encuentra emplazada sobre las bases, anteriormente mencionadas, los vestigios se encuentran a la vista de todos; solo basta con remover superficialmente la tierra para que las historia jesuítica hable por si sola.
La imponente imagen del pueblo conquista la visión e impacta y llena de curiosidad a quien visita estas tierras.
Abandonadas a suerte , en 1767, destruidas por las invasiones portuguesas y paraguayas entre 1816 y 1819, además del saqueo que sufrió a principio del siglo XX , durante el asentamiento de las primeras corrientes de inmigrantes, de las reducciones quedó el ejemplo de una experiencia civilizadora inédita en todo el mundo , la riqueza arqueológica de sus ruinas y vestigios , la expresión urbanística del trazado de los pueblos, la historia contada en los museos , centros de cultura y universidades, en este ocasión desde un proyecto institucional.
Un dato importante fue el crecimiento demográfico que superó casi 28.714 de habitantes en 1647, para 1768, los treinta pueblos contenían aproximadamente 90 mil personas, para descender a los niveles mínimos en la primera mitad del siglo XIX.

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